viernes, 12 de febrero de 2010

Se murió el gemido.



Se murió el gemido.

Murió el gemido a mediada noche.
el que últimamente y seguido,
sudara las fiebres de un viejo reproche.
Asombra...Sí, que se ha ido.

Vacío ha quedado el sillón en la sala,
al que saltaba tomando imprevisto,
al silbido suave y a la tarde clara.
Abrupto final no había visto.

Y a pesar que era el tibio suspiro
suave... que sella la última nota,
se había convertido en el alarido
de una ilusión añorada y rota.

Era como roble, pero, lastimero.
Augurios le daban de una vida larga.
Ah, para acallarlo, era con esmero,
para hacer ligero, lo que ya era carga.

Podía ser verano, otoño o invierno,
ya no sólo era en la primavera;
o mirando al cactus, o al capullo tierno,
su lira tañía como y cuando fuera.

Era conocido: pintoresco viejo;
el viejo gemido de fiel compañía.
Se sentaba cerca, divagaba lejos.
Trovador de penas, vueltas letanías.

Fue como la hebra viva del tejido,
que creció hasta ser exclusivo paño;
fue como licor de gitano herido,
que canta las penas de mejores años.

Y por la nostalgia, o, ¿por lo vivido?,
esperaba, al irse, incurable daño.
Ni negra camisa, ni llanto vertido.
Lo que haya sido...
ayer sepultado, hoy ya no lo extraño.

M. Erskine Rivera
COPYRIGHT 2010 M. Erskine


(Foto "Cemetery in Winter" cortesía de Petr Kratochvil.)

4 Comentaron...¿te animas? :

Rosyfenix dijo...

Determinante!!! Atemoriza...

Anónimo dijo...

asi es que tiene que ser determinante no podemos vivir de sentimentalismo.

Anónimo dijo...

ALABADO SEA DIOS AMIGO EL QUE SANA NUESTRAS HERIDAS. GRACIAS POR SUS PALABRAS HERMOSAS.

Anónimo dijo...

na, hermoso...